Tratamientos para la prevención de la caries

La prevención desde la niñez: el mejor tratamiento. La caries se puede prevenir desde la niñez evitando así los problemas que acarrean en el futuro para la salud bucodental. Descubre lo que podemos hacer por tus hijos en tu primera cita. 

SelladoresFluorizacionesCombatir la cariesPreguntas FrecuentesPedir Cita
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“La prevención desde la niñez… ¡el mejor tratamiento!”

Selladores

Son un método preventivo que consiste en la colocación de un material de recubrimiento delgado de resina en las superficies de masticación de los dientes posteriores, donde la caries se produce con más frecuencia.

La hipótesis de sufrir caries no afecta a todos los individuos por igual, sino que existen grupos de riesgo. Algunos niños, por sus hábitos, dieta, predisposición a padecer caries y la dificultad para higienizar sus dientes, forman un grupo de mucho riesgo, donde los selladores dentales son un aliado eficaz.

¿Dónde se colocan?

Los surcos en la superficie de los molares y premolares son profundos y difíciles de limpiar con un cepillo de dientes, por lo que las bacterias se pueden acumular en estos surcos y provocar caries.

Los selladores dentales pueden ayudar a evitar que la comida, los ácidos y la placa se asienten en estos surcos, evitando que esto suceda. Por lo que las piezas donde hay mayor riesgo de tener caries, son los molares.

¿Cuándo se colocan?

Es recomendable aplicar selladores poco después de la erupción de molares definitivos, en torno a los 6 años de edad, ya que ayudará a protegerlos.

¿Cuánto duran?

Los selladores duran entre 5 y 10 años. Su dentista debe revisarlos cada vez que lo visite para determinar si es necesario reemplazar alguno.

¿Cómo se aplican los selladores dentales?

Para empezar, limpiaremos con un cepillo las piezas en las que se va a realizar el tratamiento, eliminando la placa blanda que pueda estar adherida a dichas piezas. Despúes, aplicaremos un gel ácido acondicionador en la parte superior del diente por algunos segundos, enjuagaremos y secaremos.

Ya preparado el diente, colocaremos los selladores. Es necesario cubrir muy bien los surcos, sin que queden posibles burbujas o bolsas de aire, ya que eso permitiría la filtración de bacterias y fracasaría el tratamiento. Finalmente proyectamos luz y esperamos unos segundos a que endurezca el sellador.

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Fluorizaciones

Es un método preventivo que consiste en la aplicación de un producto fluorado sobre los dientes para, así, fortalecerlos.

El flúor es un compuesto mineral natural que se encuentra en la tierra y también está presente en el agua, alimentos y bebidas con distintas concentraciones. Proporciona tres beneficios a los dientes, tanto temporales como definitivos: aumenta la resistencia del esmalte, es antibacteriano (ya que actúa frente al crecimiento de las bacterias que producen sarro) y permite remineralizar la capa del esmalte.

Mecanismos del flúor

Antes de que salgan los dientes, a través de las encías, el flúor que tomamos con las comidas, bebidas y suplementos dietéticos hace que el esmalte dental sea más fuerte, facilitando la resistencia a la caries. A esto le llamamos “beneficio sistémico”.

Tras salir los dientes, el flúor remineraliza el esmalte. Cuando cepillas tus dientes con pasta dentífrica fluorada o productos dentales fluorados, se aplica a la superficie de los dientes. Esto se conoce como “beneficio tópico”.

Además, el flúor que consumimos en las comidas y bebidas continúa aportando un beneficio tópico, porque entra a formar parte de la saliva y ayuda a reconstruir el esmalte de los dientes debilitados.

Administración

Las aportaciones han de ser administradas de forma controlada y adecuada, un exceso de flúor puede tener efectos negativos sobre nuestra salud: puede llegar a ser tóxico, provocando el efecto contrario a lo que buscamos y puede manchar nuestros dientes de forma significativa, lo que se conoce como, fluorosis.

La fluorosis dental es la hipomineralización del esmalte (defectos de éste) por aumento de la porosidad debido a una excesiva ingesta de flúor durante el desarrollo de los dientes. En los estados más leves, se manifiesta en un primer momento con manchas blancas y termina con un color marrón o gris verdoso. En estados avanzados, se observan alteraciones en la forma del diente como porosidades.

¿Cómo obtenemos el flúor?
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Agua con flúor: se encuentra en la mayoría de las fuentes de agua: ríos, lagos, pozos, etc. En las últimas décadas, se ha añadido flúor a las reservas públicas elevando los niveles hasta hacerlos óptimos para la prevención de la caries dental.

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Pastas dentífricas y enjuagues con flúor (el odontopediatra le informará sobre la frecuencia de administración y dosis adecuada).

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Aplicación de flúor por un profesional: si las probabilidades de desarrollar caries dental son elevadas, tu dentista puede aplicar flúor en forma de gel o enjuague sobre tus dientes. Además, si tus dientes presentan defectos estructurales como hipoplasias o hipomineralizaciones, necesitarán una atención especial y la aplicación del flúor, tanto en casa como en consulta.

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Suplementos de flúor: solo son recomendados para niños entre seis meses y dieciséis años, que viven en zonas donde el agua comunitaria no presenta cantidades adecuadas de flúor y que tienen riesgos de desarrollar caries.

Preguntas frecuentes

El comité de lactancia materna señala que el mejor alimento para el lactante durante los primeros meses de vida es la leche materna.Cubre las necesidades nutricionales para su adecuado crecimiento y desarrollo físico e inmunológico y desde el punto de vista emocional le asegura el establecimiento de un buen vínculo madre-hijo y una adecuada relación de apego seguro con su madre, ambos esenciales para un correcto desarrollo como persona independiente y segura. Por todo ello la lactancia materna es considerada el método de referencia para la alimentación y crianza del lactante y el niño pequeño . Durante la lactancia materna es importante mantener una buena higiene oral del niño tras cada toma, sobre todo después de la ultima toma de la noche.

El uso o no del chupete en los recién nacidos es un tema muy controvertido.

No es aconsejable forzar al niño a que abandone el chupete. La retirada del chupete debe ser gradual, sin comprometer y respetando el equilibrio emocional de cada niño. Estaría muy bien que no fueran necesarios, pero ante el llanto persistente de un bebé, en chupete es de gran ayuda. De necesitar el uso del chupete, elegir tetinas anatómicas con el menor tamaño posible. Su uso no debe prolongarse ya que puede ocasionar alteraciones en el desarrollo de las arcadas dentarias y ser causa de maloclusiones .

Independientemente de la situación, y al contrario de lo que muchos padres imaginan, el biberón no es la mejor opción para darle leche al pequeño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja el uso del biberón, incluso en los casos en que ofrecer alimentos sustitutos a la leche materna se vuelve imprescindible.

Lo ideal es que el niño sea amamantado, ya que aparte de los beneficios inmunológicos, nutricionales, psicológicos y de relación con la madre, la lactancia materna permite el correcto desarrollo de los maxilares, favorece la correcta ubicación de la lengua en la cavidad oral y por tanto la correcta deglución.  A veces creemos que el niño no coge bien el pecho o no toma suficiente leche, por lo que se tiende a sustituir la lactancia materna por biberones. Antes de tomar esta importante decisión debemos consultar con el pediatra. Si por alguna razón el biberón fuera necesario, hay que utilizar un biberón con tetina anatómica, de orificio pequeño y que obligue a extraer la leche y a respirar por la nariz (en farmacias).

En estos casos, su uso no debe prolongarse más allá del año de edad, porque abusar del mismo puede ocasionar problemas en las funciones masticatorias, deglutorias y respiratorias inmediatas o futuras, así como paladares estrechos y ojivales, malposiciones dentarias o mordidas abiertas.

Otra opción, es la lactancia por medio de vasos o tazas: uno de los métodos alternativos más aconsejables para los pequeños. Aunque parezca una novedad, se utiliza hace mucho y evita la introducción precoz del biberón en la rutina del bebé. El bebé determina la cantidad de leche que quiere tomar y gasta poca energía en hacerlo. Con este instrumento, los movimientos de la lengua y la mandíbula realizados durante la toma son similares a los movimientos necesarios para mamar, por lo que su uso desarrolla los músculos requeridos para la lactancia. Entre otros beneficios, estimula el desarrollo y la coordinación de los reflejos de succión y deglución. El vaso se apoya sobre el labio inferior y la leche llega al contacto con el labio del niño/a.

Los bebés tienen reflejo perioral y reflejo de succión naturales, lo que puede hacer que se lleven los pulgares o los dedos a la boca, a veces incluso antes de nacer. Debido a que chuparse el dedo hace que los bebés se sientan seguros, algunos bebés podrían eventualmente desarrollar el hábito de chuparse el dedo cuando necesitan calmarse o irse a dormir.

Aunque algunos expertos recomiendan abordar el hábito de chuparse el dedo antes de los 3 años de edad, la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) dice que el tratamiento por lo general se limita a los niños que continúan chupándose el dedo después de cumplir los 5 años.

No obstante debe eliminarse lo antes posible, ya que es capaz de inducir problemas en el desarrollo esquelético y dental. Para solucionar este hábito nocivo, la opción ideal es siempre convencer al niño que lo abandone de forma voluntaria. En la farmacia existen determinados productos, no siempre eficaces, que pintan las uñas y tienen mal sabor.

También puede intentarse establecer algún tipo de recompensa motivadora para el niño encaminada a conseguir el abandono de la succión digital.  Usar refuerzos positivos. Nunca regañes, ni critiques ni pongas en ridículo a tu hijo.

Si el hábito persiste se  puede optar por colocar aparatos que dificulten la succión digital.

Aproximadamente alrededor de los 6 meses de vida, los primeros dientes temporales o de “leche” que aparecen en boca suelen ser los incisivos inferiores. La dentición temporal debe estar completa a los tres años de edad.

A menudo cuando erupciona la dentición temporal resulta molesto e incluso doloroso; acompañado de irritabilidad, aumento de la salivación, disminución del apetito y, a veces, ligera febrícula. Durante este periodo es recomendable que el niño esté bien hidratado, para lo cual debe aumentarse la ingesta de agua, disminuir la temperatura de los alimentos ( fruta fría, por ejemplo la cáscara del melón…) y enfriar papillas y biberones, además se pueden hacer helados de leche materna. También les alivia realizar masajes sobre la encía. El uso de productos de aplicación tópica con efectos sedantes en las encías no son recomendables, porque pueden interferir en el proceso de erupción. Los antitérmicos y analgésicos tipo paracetamol, a dosis adecuadas, siempre bajo la supervisión del pediatra, son la medida ideal. Existen en el mercado mordedores de goma que son muy útiles para calmar el dolor de la erupción. Se pueden enfriar también en la nevera, para aprovechar el efecto de morder y frío para el alivio. Su compra debe hacerse en farmacias para que estén debidamente homologados.

El recambio dentario es muy variable entre todos los niños/as, igual que la erupción. La caída de los primeros dientes temporales y la aparición de los dientes definitivos, coincide con los 6 años de edad; periodo de tiempo donde aparece el primer molar definitivo, que erupciona por detrás de la segunda muela de “leche” y donde debemos valorar los selladores.

No, se debe dejar que sigan su proceso natural y no arrancarlos antes de tiempo, eso sólo lo hacen los especialistas en salvadas excepciones.

El cuidado y la limpieza o higiene de la cavidad oral, se debe empezar desde la cuna. En caso de no prestar atención a la higiene bucal del bebé, pueden surgir afecciones como la caries de biberón.

Cuando erupcionan los primeros dientes (6-7 meses) existen en farmacia dedales de caucho y pequeños cepillos con cabezal enano que los padres pueden utilizar para introducir al niño en el hábito de la higiene bucal. 

Los niños /as  deben cepillarse los dientes 3 veces al día, después de cada comida (desayuno, almuerzo y cena). Debemos destacar que es muy importante que tras el último cepillado, antes de dormir, no deben ingerirse alimentos ni bebidas a excepción de agua. Por ello la higiene dental que se realiza antes de irse a la cama es la más importante.

Debemos escoger un cepillo de mango grueso, cabezal pequeño y redondeado y cerdas suaves, especialmente destinado a bebés. Cambiaremos el cepillo aproximadamente cada 3 ó 4 meses o siempre que veamos que las cerdas están desgastadas,.

La lengua también se cepilla, en ella se sumerge una gran cantidad de bacterias que afectan negativamente a la salud bucal de los niños. Debemos incluir la limpieza de la lengua en la rutina de higiene dental de nuestro hijo. Existen cepillos limpiadores de lenguas ( preguntar en la farmacia).

A partir de los 6 años, está recomendado el uso de un colutorio para completar la higiene bucodental dental, bien sea diario o semanal.

Sin embargo, hasta que el niño no tenga la dentadura definitiva completa, está desaconsejado el uso de otros elementos de higiene tales como el hilo dental o los cepillos interproximales.

Una cuestión importante a la hora de decidir si administrar o no flúor a su hijo/a es saber, si en la zona en la que vivís, el agua está o no fluorada. Si lo está, debe conocerse su grado de fluorización; si no lo está, deben los padres consultar al odontopediatra para valorar su aplicación según la edad y estado oral. Un exceso de flúor, podría ser más perjudicial que beneficioso en el niño.

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