Las muelas del juicio son muy conocidas por las continuas molestias que pueden provocar. Aunque, en ocasiones, el dolor desaparece, es común que después de un tiempo vuelva a hacer acto de presencia. Esta situación puede prolongarse durante años.
Existen 4 muelas del juicio, 2 superiores y 2 inferiores, y en ocasiones se las denomina también como tercer molar. En este post te contamos todo lo que debes saber sobre ellas y su extracción.
¿Debería retirar mis muelas del juicio?
Muchas pacientes llegan a nuestra consulta con esta pregunta. Sin embargo, hay muchas personas que no poseen muelas del juicio y no tienen ningún problema.
El dilema surge cuando estas salen hacia la cavidad bucal, pues necesitan espacio al igual que el resto de los dientes. Si nuestra mandíbula no cuenta con el espacio necesario para que estas muelas crezcan, se convertirán en un inconveniente no solo para los dientes próximos, sino para toda nuestra salud bucodental. A este hecho se le denomina inclusión dentaria.
Procedimiento de extracción de las muelas del juicio
La extracción de las muelas del juicio comienza con la aplicación de 2 tipos de anestesias. Primero, la anestesia local para dormir la zona. Durante la extracción estarás consciente, pero no notarás dolores en la zona bucal.
A continuación, se aplicará anestesia de sedación por vía intravenosa en el brazo. Su función es calmante y reducirá tu consciencia durante el proceso.
En ocasiones se puede aplicar anestesia general, inhalándolo por vía olfativa o intravenosa, pero esto es solo para casos especiales.
Durante la extracción, el dentista hace una incisión en el tejido de la encía y extrae el hueso que bloquea el acceso a la raíz de la muela. Dividirá la muela en secciones y la extraerá. Posteriormente se procederá a sanitarizar la zona y, en ocasiones, coserá la herida para facilitar la cicatrización.
Finalmente se colocará una gasa sobre el lugar de la extracción para ayudar a la creación de un coágulo sanguíneo.
Cuidados posteriores
En el proceso de recuperación, sigue siempre las instrucciones de tu dentista en los siguientes pasos:
- Sangrado. En el primer día después de la extracción puede salir algo de sangre. Procura no escupir mucho para evitar que el coágulo se desplace- Reemplaza la gasa tal y como te haya indicado tu especialista.
- Hinchazón o moratones. El dentista te entregará una compresa de hielo que deberás aplicar sobre la zona tal y como él/ella te halla indicado. La hinchazón suele mejorar tras 2 o 3 días. Los moratones pueden tardar unos días más.
- Dolor. En caso de padecer dolores puedes recurrir a analgésicos de venta libre, como paracetamol o uno que te haya recetado tu dentista. Mantén la compresa fría apoyada en la zona para calmar el dolor.
- Agua. Es necesario que bebas mucha agua tras la cirugía y no emplees pajitas. Abstente de bebidas gaseosas, café o de alta temperatura.
- Alimentación. Consume alimentos blandos como compota de manzana o yogures durante las primeras 24 horas. A partir de ahí, puedes ir aumentando el nivel de dureza a medida que te vayas viendo capaz.
- Higiene. En las primeras 24 horas no te cepilles, te enjuagues o escupas. Podrás reanudar estas actividades una vez haya pasado ese tiempo. Enjuágate suavemente con agua salada tibia cada 2 horas y tras las comidas durante 1 semana.
Visita a tu dentista
Cada caso es diferente. Lo más importante es que, en el momento en el que surjan las primeras molestias, visites a tu dentista de confianza. En Garden apostamos por una valoración personalizada, haciéndo al paciente participe de todo el proceso.
La trasparencia, confianza y conocimiento son los pilares claves para que un tratamiento tenga éxitos. ¿Tienes más dudas? Pide tu cita aquí.